En la región Áncash, el sector salud se encuentra en una situación crítica, marcada por continuos cambios de funcionarios que obstaculizarían el desarrollo eficiente de la atención médica. David Jachilla, secretario general del sindicato de trabajadores de la Dirección Regional de Salud (DIRESA), resaltó las implicaciones negativas de esta inestabilidad en la gestión, cuestionando la eficacia de los nuevos nombramientos.
Inestabilidad y falta de profesionalismo
La situación se complica aún más al considerar que los cambios de funcionarios frecuentemente se realizan sin una adecuada evaluación de sus antecedentes en gestión de salud según Jachilla, quién también subrayó que muchos de los recién nombrados carecen de la experiencia necesaria en gestión pública y en áreas de salud, lo que repercute directamente en los recursos humanos y materiales disponibles para atender a la población.
«Siempre a fin de año se realizan cambios en las instituciones, y aunque nosotros como gremio no nos opongamos a esto, solicitamos que se nombre a personas que tengan un perfil profesional adecuado», señaló.
Reversión de presupuestos en salud
Uno de los problemas más graves que se han denunciado es la reversión de los presupuestos destinados al mantenimiento de los centros de salud. A pesar de que la región enfrenta una creciente demanda de servicio y necesidades básicas, los fondos necesarios no se utilizan adecuadamente y se devuelven al Gobierno Central. Esta situación refleja una falta de planificación y gestión que podría ser atribuida a la rotación constante de directores.
El actual director de salud ha admitido la carencia de «profesionales probos» que puedan liderar el sector con competencias efectivas. Esta afirmación, por parte del secretario del sindicato de trabajadores, indica que la crisis de liderazgo en el ámbito de la salud en Áncash no es un problema aislado, sino parte de una problemática estructural que ha llevado aparentemente a la ineficiencia y al desinterés en el bienestar de la comunidad.
Impacto en la atención al ciudadano
El impacto de estos cambios está directamente relacionado con la calidad de atención que reciben los pacientes. Cada nuevo director trae consigo un equipo de trabajo diferente y, a menudo, nuevas políticas que no logran implementarse completamente antes de que se produzcan nuevos cambios. Esta rotación incesante no solo afecta la continuidad de los proyectos, sino que también desmotiva al personal que se siente perdido ante la inestabilidad.
«Cada uno de los directores tiene su propia forma de trabajo y su propia visión, lo que provoca conflictos y una falta de alineación en los objetivos del sector salud», afirmó Jachilla.
«Estos elementos generan un entorno difícil para la colaboración y la efectividad, especialmente cuando se necesitan respuestas rápidas ante emergencias de salud pública», acotó.
Un llamado a la reflexión
Ante este panorama, Jachilla y otros representantes del sector salud hacen un llamado urgente a las autoridades regionales para que reconsideren el enfoque de sus nombramientos y prioricen la estabilidad y el profesionalismo en la gestión de la salud en Áncash.
“No se trata solo de cumplir con un cargo, sino de trabajar para el bienestar de la población, que es lo que realmente importa”, concluyó.