La inseguridad en las carreteras de Áncash ha alcanzado un nuevo nivel de alarma. Ayer, alrededor de las 9:00 PM, dos vehículos de carga, un frigorífico y un camión ferretero, fueron asaltados en la vía Longitudinal Conchucos, en la zona de Llacma. Los delincuentes interceptaron a los conductores y los obligaron a desviarse hacia una cantera junto al río, donde los golpearon y despojaron de sus pertenencias. Este acto refleja la creciente violencia que enfrentan los transportistas en una de las principales rutas comerciales de la región.
Lo que destaca en este hecho es la lentitud de la respuesta de las autoridades locales. El patrullero del PAR – Llumpa llegó al lugar dos horas después del incidente, lo que resalta las dificultades logísticas en una zona donde la falta de señal telefónica y la lejanía de los centros urbanos dificultan las intervenciones rápidas ante emergencias. Este retraso en la acción policial pone en evidencia la fragilidad del sistema de seguridad en zonas rurales.
El cambio de ubicación de los asaltos también es significativo. Mientras que anteriormente los delincuentes operaban principalmente en Ashnucancha, ahora han elegido un punto más aislado y menos vigilado cerca de Llacma. Este movimiento estratégico sugiere que los delincuentes están adaptándose y aprovechando la falta de presencia policial, especialmente en una temporada de aumento de tráfico comercial, como es la época de fin de año. Esto incrementa el riesgo de más ataques, aprovechando el flujo de mercancías y dinero.
Este asalto pone de manifiesto la urgente necesidad de mejorar la seguridad en las rutas rurales de Áncash, especialmente en la Longitudinal Conchucos. Las autoridades deben considerar medidas como patrullajes más constantes y mejorar la conectividad en la zona para facilitar una respuesta rápida ante emergencias.