En un reciente incidente ocurrido alrededor de las 11 de la noche, tres individuos, incluyendo a una femina, perpetraron el robo de una llanta de un motocard estacionado en el jirón Caraz. Este hecho no solo resalta la audacia de los delincuentes, sino también el papel que están jugando los mototaxis en la comisión de delitos.
Estrategia delictiva
Las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona han proporcionado evidencia clave sobre el modus operandi de los delincuentes. En los videos, se observa cómo los tres sujetos actúan con premeditación, utilizando a la mujer como «campana» para alertarlos sobre la presencia de posibles testigos. Esta táctica revela un alto grado de planificación y coordinación entre los involucrados.
Uno de los delincuentes se aleja momentáneamente del grupo para buscar un objeto que le permita levantar el motocard, mientras otro se acerca al vehículo simulado que habla por teléfono, para distraer a cualquier persona cercana. La presencia de un mototaxi, estacionado estratégicamente detrás del motocard, sugiere que el vehículo fue utilizado como parte de un plan para facilitar la huida tras el robo.
Clima de desatención
Durante el robo, diversos vehículos motorizados transitaron por la zona sin percatarse de las actividades delictivas en curso. Esto pone de manifiesto un clima de desatención que puede estar alimentando la inseguridad en Huaraz. La falta de vigilancia y la indiferencia de los conductores y peatones han permitido que estos delitos se lleven a cabo con relativa facilidad.
La huida de los delincuentes
Una vez consumado el robo, los tres individuos se toman su tiempo para discutir su plan de escape, evidenciando una falta de apuro que resulta alarmante. Cada uno de ellos se dispersa por separado, uno de ellos llevando consigo la llanta robada, lo que indica que habían contemplado diversas estrategias para evitar ser capturados.