En la región de Áncash, la contaminación por minería sigue siendo un tema candente, especialmente en las cabeceras de cuenca en áreas como Pallasca, Recuay y Huarmey. Según Mateo Caushi, responsable del monitoreo ambiental de la Dirección Regional de Salud (DIRESA), los estudios realizados hasta la fecha no han generado una solución definitiva a los pasivos mineros que afectan a la población. A pesar de que se han presentado informes y resultados de investigaciones, la remediación parece ser una tarea pendiente, lo que genera inquietud entre los ciudadanos y las autoridades locales.
Las acciones contra la contaminación por arsénico en Huarmey avanzan de forma muy lenta. A pesar de los esfuerzos, los estudios sobre los metales pesados en el agua y el aire no han tenido los resultados esperados. Además, señaló que la falta de un trabajo coordinado y disciplinado entre los centros de salud y las autoridades mineras agrava la situación.
Una de las mayores preocupaciones radica en el cambio climático y los efectos que el deterioro de las cabeceras de las cuencas puede causar, sobre todo en época de lluvias. Este problema afecta no solo a Pallasca, sino también a otras zonas de la región, y es urgente que el equipo de gestión de riesgos de la región articule esfuerzos con los gobiernos locales y distritales para abordar la contaminación de manera más efectiva.
A pesar de los esfuerzos de investigación y los informes presentados, Caushi lamenta que las autoridades no estén tomando medidas decisivas frente a la situación. Con la presencia de metales pesados y la continua contaminación de las cabeceras de cuenca, la situación exige una respuesta rápida y responsable de todas las partes involucradas para evitar mayores daños a la salud pública y al medio ambiente.