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¿Cuántos muertos hacen falta? Áncash y la tragedia sin fin de la minería ilegal

Áncash

¿Cuántos muertos hacen falta? Áncash y la tragedia sin fin de la minería ilegal

Pese a las advertencias, la minería ilegal sigue cobrando vidas en Áncash mientras el REINFO encubre delitos bajo formalización.

Áncash, región de majestuosas montañas y riquezas minerales, se desangra lentamente. El Registro Integral de Formalización Minera (REINFO), que se presentó como la gran solución para la caótica minería artesanal y de pequeña escala, se ha convertido en una fachada que oculta una realidad macabra. Lejos de traer orden y legalidad, el REINFO, según la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), «ha servido para encubrir las actividades ilícitas de los mineros ilegales».  

La burocracia y los costos prohibitivos han excluido a la gran mayoría de los mineros artesanales ancashinos. Menos del 20% logra superar el laberinto de trámites, dejándolos en un limbo legal y a merced de las mafias. El caso de Pushaquilca, donde tres vidas fueron arrebatadas por gases tóxicos, es solo un ejemplo de la tragedia que se repite en esta región.  

¿Cuántos muertos más necesita sumar para que el Estado actúe con firmeza? Cada año, se estima que entre 50 y 100 vidas se pierden en los socavones clandestinos de la región, si bien esta cifra es una aproximación debido a la dificultad de obtener datos precisos por la naturaleza clandestina de la minería ilegal, las causas frecuentes de muerte incluyen derrumbes, inundaciones, intoxicaciones, violencia y accidentes por el uso de explosivos o maquinaria pesada. Hombres, mujeres y familias enteras arriesgan su vida en condiciones infrahumanas, mientras la colusión entre ciertos congresistas y las mafias mineras obstaculiza la fiscalización y perpetúa el crimen.  

La «romantización» de la minería artesanal sirve como cortina de humo para encubrir delitos atroces: trata de personas, explotación laboral infantil, sicariato y una devastación ambiental que envenena ríos y destruye ecosistemas. La ineficacia del REINFO para combatir estos flagelos no es un simple error de gestión, sino el resultado de una perversa alianza entre el poder político corrupto y el crimen organizado.  

La SNMPE ha sido enfática: las sucesivas ampliaciones del REINFO solo han alargado una transición fallida, permitiendo que las mafias se camuflen bajo la etiqueta de «en proceso de formalización». El gremio minero exige un plan de lucha frontal contra la minería ilegal, que vaya más allá de medidas paliativas como el Estado de Emergencia, que ha demostrado ser ineficaz.  

La tragedia de Pataz, con el cruel asesinato de 13 trabajadores, es un recordatorio brutal de la violencia que azota las zonas mineras del país. La lucha contra la minería ilegal es, en esencia, una lucha por la vida, como bien señala la SNMPE.  

¿Cuántas lágrimas más debe derramar Áncash? ¿Cuántos ríos envenenados más? ¿Cuántas vidas truncadas más permitiremos? Es hora de desenmascarar esta farsa, de exigir justicia y de construir un futuro para Áncash que no se riegue con sangre inocente.

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