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Alertan posible avalancha desde el Huascarán: impacto alcanzaría Mancos en 16 minutos

El riesgo latente de un nuevo desastre natural ha encendido las alertas en Áncash. Un informe técnico del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), fechado el 20 de mayo, advierte sobre la posibilidad de una avalancha masiva desde el nevado Huascarán, que podría afectar seriamente al distrito de Mancos, en la provincia de Yungay.

Todo comenzó el pasado 7 de mayo, cuando se produjo una pequeña avalancha en el glaciar Raymondi. En respuesta, el Inaigem realizó una inspección técnica nueve días después y detectó una zona altamente fracturada y ubicada en una pendiente muy pronunciada, condiciones que aumentan el riesgo de nuevos desprendimientos.

La modelación realizada por los especialistas señala que, en el escenario más crítico, podría generarse una avalancha mixta compuesta por aproximadamente 28 millones de m³ de hielo y 34 millones de m³ de roca, alcanzando un volumen total estimado de 62 millones de metros cúbicos. Este fenómeno tendría características similares a los devastadores aluviones registrados en 1962 y 1970.

“El tipo de fenómeno que podría desencadenarse representa un alto nivel de peligrosidad debido a la energía cinética involucrada y a la complejidad de su dinámica”, señala el documento.

Uno de los datos más alarmantes es que, si se llegara a desprender la masa inestable del glaciar Raymondi 3, el material arrasaría con la subcuenca de Mancos y llegaría al río Santa en menos de 16 minutos, dejando un margen mínimo para la evacuación de las zonas vulnerables.

Ante este panorama, el Inaigem recomendó implementar un sistema de alerta temprana, señalizar rutas de evacuación, ejecutar estudios técnicos más detallados y restringir nuevos asentamientos o construcciones en las riberas de los ríos Queruran y Mancos.

Como primera medida, autoridades del distrito de Mancos, la provincia de Yungay y el Gobierno Regional de Áncash han dispuesto el monitoreo permanente del glaciar, designando a dos personas para reportar cualquier cambio que represente un riesgo para la población, además de implementar el sistema de aleta temprana que ya se viene trabajando a la fecha.

La población, por su parte, ha recibido con preocupación esta información, recordando que el Huascarán ya ha sido escenario de tragedias similares en el pasado. La preparación y vigilancia permanente son ahora fundamentales para evitar nuevas pérdidas humanas.

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