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¡Peligro latente! Inaigem advierte sobre lagunas que podrían desbordar en Áncash

En medio del retroceso acelerado de los glaciares andinos, un nuevo informe del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) ha encendido las alertas sobre el grave peligro que enfrentan varias provincias de la región Áncash. El documento, titulado Evaluación Nacional de Lagunas Glaciares con Riesgo de Desborde 2024 y publicado recientemente en su repositorio institucional, concluye que Áncash concentra el mayor número de lagunas glaciares con riesgo de desborde, con un total de 169, de 528 identificadas a nivel nacional.

Del total regional, 26 lagunas han sido clasificadas en “riesgo muy alto”, 39 en “riesgo alto”, 16 en riesgo medio y 88 en riesgo bajo. Además, de las 20 lagunas con mayor riesgo de desborde en todo el país, 11 se ubican en Áncash. Entre ellas se encuentran Palcacocha, Checquiacocha, Tullparaju, Yanaraju, Parón, Maparaju Alto, Arhuaycocha, Pucaranracocha, Artesoncocha, Allicocha y Cuchillacocha. De estas, tres representan una amenaza directa para la ciudad de Huaraz.

Ocho provincias en la zona roja

Los especialistas del Inaigem identificaron que ocho provincias ancashinas están en situación de riesgo “muy alto” o “alto”. Las más vulnerables son Huaylas (15 lagunas) y Huaraz (14), seguidas de Carhuaz (11), Asunción (9), Huari (7), Recuay (4), Bolognesi (2) y Yungay (1).

En conjunto, las provincias de Huaylas y Huaraz albergan 38 y 27 lagunas peligrosas, respectivamente, lo que representa el 45 % del total regional. Esta concentración convierte a ambos territorios en los epicentros del peligro glacial en la región.

Fuente: INAIGEM | Elaborado por: Áncash Noticias

Huaylas y Huaraz: epicentros de amenaza

En la provincia de Huaylas, destaca el caso de la laguna Parón, ubicada a más de 4 mil metros de altitud, en el distrito de Caraz. Es una de las lagunas más grandes de la Cordillera Blanca y representa una amenaza directa para comunidades aguas abajo como Cono y Santa Rosa, asentadas en las márgenes del río Llullán.

Según el Inaigem, un eventual desborde podría afectar a más de 22 mil personas, 7,700 viviendas y al menos 27 infraestructuras clave. Este riesgo ya había sido advertido en una evaluación de aluvión elaborada en 2020.

En el caso de Huaraz, el foco de preocupación es la laguna Palcacocha, considerada la más peligrosa de toda Áncash. Esta laguna fue protagonista del aluvión de 1941, que destruyó gran parte de la ciudad y dejó más de 1,800 muertos. Hoy, su volumen supera los 17.5 millones de metros cúbicos de agua, cuando en 1974, tras las obras de seguridad, apenas registraba 514 mil m³. El Inaigem estima que un nuevo desborde afectaría a más de 27 mil personas y 6,500 viviendas en Huaraz e Independencia.

Palcacocha es un caso emblemático del impacto del cambio climático”, señala el informe.

Derretimiento acelerado: la causa de fondo

El estudio también destaca una tendencia preocupante: en los últimos 58 años, el Perú ha perdido el 56 % de su superficie glaciar. El derretimiento continuo de los nevados ha dado lugar a un aumento sostenido en el número y el volumen de las lagunas glaciares. Esto, sumado a la inestabilidad de las laderas y la actividad sísmica, convierte a muchas de estas lagunas en bombas de tiempo.

¿Qué se debe hacer?

Frente a este escenario, el Inaigem exhorta a los gobiernos locales, al Gobierno Regional de Áncash y al Ejecutivo nacional a actuar con urgencia. Las recomendaciones son claras:

  • Realizar estudios detallados de peligro, vulnerabilidad y riesgo.
  • Definir niveles seguros de agua en las lagunas críticas.
  • Implementar o reforzar obras de seguridad.
  • Señalizar rutas de evacuación y crear sistemas de alerta temprana.
  • Evitar nuevos asentamientos en zonas de riesgo.

El informe subraya que la planificación urbana y territorial debe incorporar estas amenazas como parte esencial de la gestión del riesgo de desastres. “El tiempo juega en contra, y lo que hoy es un informe técnico, mañana podría convertirse en una tragedia evitable”, concluye el Inaigem.

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