En la Plaza de Armas de Piscobamba, en la provincia de Mariscal Luzuriaga, un árbol se ha convertido en testigo silencioso de la historia. Se trata de un eucalipto que lleva 150 años en pie y que fue reconocido como Árbol Monumental de Áncash por su gran valor histórico, ecológico y simbólico.
La celebración por sus 150 años reunió a vecinos, escolares y representantes locales, quienes rindieron homenaje a este ejemplar plantado en 1875. El acto central incluyó declamaciones, cantos y números artísticos realizados por estudiantes, evidenciando el vínculo emocional que la comunidad mantiene con este símbolo natural.
Uno de los momentos más significativos fue la juramentación de la Brigada del Árbol Monumental, un grupo de jóvenes escolares que se comprometió públicamente a cuidar y proteger este patrimonio forestal. La iniciativa busca cultivar desde temprana edad la conciencia ambiental en la población.
La historia de este árbol trasciende generaciones y ha sido declarado oficialmente como monumento natural, mediante la Resolución Administrativa N.° 051-2018-MINAGRI-SERFOR-ATFFS-ANCASH, emitida el 27 de junio del 2018. Su presencia no solo decora la plaza, sino que también representa un legado vivo de resistencia, identidad y respeto por la naturaleza.
En tiempos donde el cambio climático y la deforestación amenazan el entorno, este árbol centenario se erige como un recordatorio de la importancia de conservar nuestro patrimonio verde y de transmitir su valor a las nuevas generaciones.