Los distritos de Ranrahirca, Macos y Carhuaz vienen trabajando en la elaboración de mapas de zonas seguras y rutas de evacuación frente al peligro de un posible aluvión que podría generarse por el nevado Huascarán. La medida se toma tras los informes técnicos del INAIGEM, que advierten sobre los riesgos en esta parte del Callejón de Huaylas.
Según explicó Carlos Paredes, especialista de la Oficina Regional de Gestión del Riesgo del Gobierno Regional de Áncash, las acciones incluyen sistemas de alerta temprana, simulacros y planes de evacuación. “Ya se han realizado dos prácticas con participación aceptable de la población, pero todavía falta mayor compromiso comunitario”, señaló.
El especialista reconoció que el punto más crítico se encuentra en Ranrahirca, donde los picos norte y sur del Huascarán podrían generar deslizamientos peligrosos. Para enfrentar este escenario, el Gobierno Regional dispuso la permanencia de técnicos en la zona con el fin de elaborar hasta cinco estudios en un plazo de 150 días.
Paredes también advirtió que, además del peligro natural, existe la actividad minera en las faldas del Huascarán, lo que incrementa la vulnerabilidad. “Debería ser eliminada porque está atentando contra miles de personas desde Yungay hasta Carhuaz. Además, provoca movimientos sísmicos que podrían desencadenar problemas mayores”, advirtió.
Uno de los grandes retos, según el especialista, es la falta de sensibilización de la población. “Lo más importante es la capacidad de respuesta. Lamentablemente, muchos vecinos no participan activamente en los simulacros. Ahí necesitamos insistir con más capacitación y conciencia”, afirmó.
Las autoridades locales y regionales coincidieron en que, aunque los trabajos técnicos avanzan en Ranrahirca, Macos y Carhuaz, el verdadero desafío será que la comunidad asuma un rol activo en la prevención. La preparación ciudadana, insistieron, es clave para evitar tragedias en una de las zonas con mayor riesgo de desastres naturales en Áncash.

