Los censistas que recorren los barrios más peligrosos de Chimbote y otras provincias de Áncash no están solos: efectivos de la Policía Nacional y agentes de serenazgo los acompañan para garantizar su seguridad ante posibles actos de violencia.
El despliegue responde a un trabajo coordinado entre el INEI, la Región Policial Áncash y las municipalidades, que identificaron en un mapa las zonas de mayor incidencia delictiva en las provincias del Santa, Casma, Huarmey y Pallasca. Con base en esa información, se dispuso la presencia de patrullas y rondas preventivas mientras los empadronadores cumplen con su labor.
El general PNP Ely Vargas Roca ordenó que los agentes no solo acompañen a los equipos censales, sino que también realicen acciones de inteligencia para evitar agresiones, robos o cualquier intento de sabotaje al proceso. Por su parte, las áreas de Seguridad Ciudadana de los municipios destinan personal de serenazgo para reforzar la vigilancia en los puntos críticos.
El director del INEI en Áncash, Eli Álvarez Reyes, reconoció la disposición de las comisarías para brindar todas las facilidades al personal censal. “Nuestros empadronadores pueden trabajar con normalidad, incluso en los sectores más difíciles”, señaló.
El Censo Nacional de Población y Vivienda se extenderá hasta el 31 de octubre y será importante para definir políticas públicas y programas sociales.