El gerente de Servicios Públicos de Huaraz, Elder Aranda Palacios, anunció que desde octubre se pondrá en marcha un plan de operativos para reordenar la ex parada de Quillcay, uno de los puntos más congestionados por el comercio informal. La comuna estima que en esta zona laboran más de tres mil vendedores ambulantes, lo que ha vuelto insostenible el control del espacio público.
Aranda explicó que el plan fue diseñado por la Subgerencia de Control y Comercialización y contempla un trabajo progresivo para liberar las principales calles como Huascarán y el jirón Caraz, donde la presencia de comerciantes ambulantes afecta tanto a peatones como a negocios formales. “Es un poco difícil porque siempre se apela a la necesidad de la gente, pero finalmente van a tener que entender. El comercio ambulatorio tiene que ir desapareciendo paulatinamente”, declaró.
El funcionario señaló que el apoyo de la Policía Nacional será clave en la ejecución de los operativos, aunque aclaró que no siempre será necesario recurrir al uso de la fuerza. “Lo ideal es que la gente tome conciencia de que los espacios públicos deben ser respetados. Sin embargo, para casos de agresiones o resistencia, contamos con el respaldo policial”, indicó.
Asimismo, dijo que han coordinado con representantes del Ministerio Público, quienes si bien tienen limitaciones reglamentarias, han mostrado disposición para colaborar en tareas de prevención. Para Aranda, la presencia de varias instituciones en estos operativos genera confianza en la población.
El funcionario también cuestionó que muchos de los comerciantes no provienen únicamente de barrios aledaños, sino de diferentes mercados de la ciudad. “La sorpresa es que no todos son de Challhua o del 10 de Junio. Vienen del mercado central, mayorista, Pedregal, incluso de otros puntos, porque la población sigue consumiendo en la ex parada de Quillcay”, sostuvo.
Aranda reconoció que la preferencia de los compradores se debe en parte a la diferencia de precios frente a los mercados formales. No obstante, insistió en que mientras haya consumidores, el comercio informal continuará creciendo. “Falta educación en la población. La diferencia de precios es de dos o tres soles en algunos productos, pero el costo real es la desorganización y la afectación del espacio público”, advirtió.

