Una fuerte granizada registrada la tarde del martes 21 de octubre sorprendió a los pobladores del caserío de Chincay, en el centro poblado de Atipayan, dejando graves daños materiales y afectando sobre todo a familias de bajos recursos. Varias viviendas colapsaron y los cultivos quedaron cubiertos por el hielo.
Según el reporte preliminar del área de Gestión del Riesgo de Desastres, el fenómeno natural afectó al menos 25 personas y 17 viviendas, además de generar la pérdida de cultivos y la muerte de animales menores. Las intensas precipitaciones, acompañadas de granizo, cubrieron completamente el poblado y destruyeron techos, paredes y sembríos de papa y alfalfa.
Entre los afectados, Domitila Moreno Rodríguez aprovechó la entrega de ayuda en la municipalidad para contar la historia de sus tres tías, dos de ellas adultas mayores y una con discapacidad. “Su casa se ha inundado con la granizada, no han podido cocinar y ayer en la tarde han dormido de hambre”, relató con evidente preocupación mientras mostraba fotografías de los daños.
Las tres mujeres viven solas y sus viviendas quedaron inhabitables tras la granizada. Durante la emergencia, tuvieron que refugiarse en casas vecinas para pasar la noche. “Mis tías son humildes, viven solas y una de ellas tiene tumores en la garganta. No saben ni a quién pedir apoyo”, contó Domitila, quien también tiene una hija con discapacidad y viajó desde la zona alta de La Puna para pedir ayuda.
La Municipalidad Distrital de Independencia entregó abrigo, calaminas y víveres como parte de la primera asistencia humanitaria. Sin embargo, los vecinos aseguran que la ayuda no es suficiente frente a las pérdidas que han sufrido. Varias familias siguen sin un lugar adecuado donde dormir y temen que las lluvias vuelvan a complicar su situación.
Falta de respuesta del programa Contigo
Moreno también denunció la falta de atención del programa social Contigo, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), que brinda una pensión bimestral a personas con discapacidad severa en situación de pobreza o extrema pobreza.
“He presentado sus documentos desde agosto y no hay resultado. Nos dicen que demorará tres o cuatro meses más”, señaló mientras mostraba los papeles de seguimiento del trámite.
Según explicó, por la condición de discapacidad y vulnerabilidad económica de sus tías, el apoyo del programa Contigo les corresponde legalmente, pero hasta el momento no han sido incluidas en el padrón de beneficiarios. “Ellas necesitan atención médica y un ingreso para subsistir, pero no saben ni a quién pedir ayuda”, lamentó.

