El gerente regional de la Contraloría, Lenin Villegas Vaca, informó que el órgano de control realiza una visita simultánea a 33 comisarías de la región, entre costa y sierra.
El objetivo: comprobar si las dependencias policiales cuentan con las condiciones mínimas para operar.
Los resultados preliminares son alarmantes. La Contraloría constató ambientes deteriorados, carencia de computadoras, impresoras y mobiliario básico, además de colchones viejos y sin mantenimiento.
Policías trabajando con lo poco que tienen
El informe también revela que muchos efectivos usan sus propios recursos para cumplir su labor diaria.
Sillas, artículos personales e incluso herramientas son llevadas por los mismos agentes, ante la falta de apoyo logístico en sus unidades.
“Se ha verificado que varios policías utilizan bienes personales para trabajar, lo cual refleja una situación crítica”, señaló Villegas.
Armas antiguas y ambientes improvisados
Durante las inspecciones, se detectó que algunas armas de fuego datan de 1998, mientras que otras ya no están operativas.
Asimismo, en varias comisarías los ambientes de descanso son precarios y sin mantenimiento, e incluso se usan espacios improvisados como oficinas o depósitos.
La Contraloría advirtió que estas condiciones afectan el desempeño policial y la atención a los ciudadanos.
El informe será remitido al Ministerio del Interior
Una vez concluido el trabajo de campo, los informes finales serán enviados a la Dirección Nacional de la Policía Nacional y al Ministerio del Interior, con el fin de que adopten medidas urgentes para mejorar la infraestructura y equipamiento en las comisarías de Áncash.