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Editorial | El voto joven y las redes: la fórmula que definirá las Elecciones 2026

Las Elecciones 2026 tendrán un protagonista indiscutible: la juventud conectada.

Según el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), 6.87 millones de votantes entre 18 y 29 años conforman el grupo más amplio del padrón electoral. Les siguen los electores de 30 a 39 años (5.82 millones) y los de 40 a 49 años (5.07 millones). Nunca antes una generación tan joven concentró tanto peso político, y nunca antes los partidos parecieron entenderla tan poco.

El reto para las organizaciones políticas es enorme. El voto joven no se gana en plazas ni mítines: se disputa en las redes sociales. Allí se formarán las percepciones, se medirán las lealtades y se decidirá, en gran parte, quién gobernará el país. Las campañas que no logren conectar con los códigos digitales —rapidez, autenticidad y contenido emocional— quedarán fuera de radar.

En Áncash, la tendencia se repite con claridad.

De los 973 023 electores habilitados, 272 176 son jóvenes entre 18 y 29 años, casi un tercio del padrón regional. Es una generación que se informa más por scroll que por noticieros, que confía en influenciadores más que en voceros, y que mide la coherencia más que la jerarquía. Un público tan decisivo como difícil de conquistar.

Mientras los jóvenes se comunican en lenguaje digital, los partidos siguen usando el de la vieja política.

En este contexto, la campaña en redes será más que una vitrina: será el campo de batalla. La interacción constante reemplazará al discurso, y la credibilidad se medirá en segundos. Quienes apuesten por repetir fórmulas tradicionales corren el riesgo de desaparecer del debate antes de empezar.

Las plataformas digitales —de TikTok a Instagram— ya no son solo espacios de promoción, sino arenas donde se construye poder simbólico.

A la par, un calendario electoral comprimido pondrá a prueba la capacidad de reacción de los partidos.

Las Primarias del 30 de noviembre, la elección por delegados el 7 de diciembre, la aprobación del padrón el 13 de diciembre y la inscripción de listas el 23 de diciembre dejan poco margen para improvisar. Pero la prisa no justifica la desconexión: la falta de tiempo no debería traducirse en falta de estrategia.

Las Elecciones 2026 serán recordadas como el momento en que la juventud dejó de ser un público para convertirse en un poder.

Las redes sociales serán su escenario natural, y los partidos que no sepan leerlo quedarán fuera del juego.

El voto joven no es el futuro: es el presente. Y su campo de batalla ya no está en las calles, sino en las pantallas.

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