El Colegio de Ingenieros de Áncash volvió a inspeccionar diversas obras ejecutadas en el casco urbano de Huaraz y alertó sobre fallas que afectan su funcionamiento. El decano Jaime Blas Cano explicó que, desde el inicio de su gestión, vienen recorriendo intervenciones como la avenida Luzuriaga, Raimondi y Gamarra, donde detectaron deficiencias que no fueron corregidas pese a las advertencias técnicas.
Blas detalló que los ingenieros comparan lo establecido en los expedientes técnicos —que la municipalidad entregó inicialmente de manera incompleta— con los trabajos realizados en campo. Todas las observaciones fueron comunicadas a los funcionarios responsables, algunos de los cuales participaron en las inspecciones. Sin embargo, la respuesta se limitó a “tomar nota”, sin acciones concretas para subsanar los problemas.
En la avenida Luzuriaga, por ejemplo, las fallas se advirtieron desde el inicio y hoy ya se evidencian problemas de funcionamiento. El decano señaló que la vía no cuenta con un sistema pluvial adecuado y podría presentar daños mayores si soporta mayor carga vehicular. “No son obras de calidad”, afirmó, al remarcar que una intervención funcional debe cumplir con los parámetros hidráulicos y estructurales previstos.
La avenida Raimondi también presenta situaciones preocupantes. Durante la inspección realizada el pasado martes, los especialistas identificaron “graves deficiencias” en el tramo cercano a Fraternidad Internacional Oeste. Blas precisó que estas conclusiones fueron sustentadas por ingenieros especialistas que acompañaron el recorrido.
Otro punto crítico es la ausencia del ingeniero residente en obras de alta complejidad. En la visita al puente Auqui, no se encontró a los profesionales encargados, lo que para el decano es un indicador claro de los problemas que luego se reflejan en la calidad final. “Si no hay ingenieros, no vamos a tener obras de calidad”, subrayó.
Blas añadió que la falta de supervisión adecuada y la mala programación de trabajos generan retrasos, paralizaciones y pedidos de ampliación de plazos o presupuesto. Estas situaciones, dijo, terminan elevando los costos para el Estado mientras la población enfrenta molestias por obras inconclusas o con fallas desde su funcionamiento inicial.
El Colegio de Ingenieros ha alcanzado informes técnicos y pronunciamientos formales a la comuna, pero —según el decano— las autoridades “no los toman en cuenta”. Recordó que su institución cumple un rol consultivo establecido por el estatuto nacional, por lo que las recomendaciones deberían ser consideradas para evitar futuros problemas y eventuales procesos de control.
El representante del CIP aseguró que continuarán las inspecciones en Huaraz, debido a que la calidad de las obras públicas impacta directamente en el tránsito, la seguridad y el uso cotidiano de los vecinos, quienes ya han expresado su malestar por intervenciones que no cumplen con estándares adecuados.

