Inaigem identifica más de 60 zonas con rocas ácidas en cordilleras de Áncash

El Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) informó que en las tres cordilleras glaciales de Áncash —Blanca, Huayhuash y Raura— se han identificado más de 60 puntos con presencia de rocas ácidas. Los hallazgos forman parte de un estudio que incluyó el análisis del aluvión ocurrido en abril y su impacto en la calidad del agua del río Casca.

El derrumbe generó un dique natural con material sulfurado

Los especialistas explicaron que, tras el aluvión del 28 de abril, se formó un pequeño dique donde se acumuló agua. La interacción entre ese embalse y el material geológico arrastrado evidenció procesos de acidificación.

Según indicaron, el derrumbe transportó material sulfurado desde zonas altas. Al entrar en contacto con el agua retenida, los minerales comenzaron a liberar metales que luego se desplazan hacia zonas bajas del río Casca. Antes del derrumbe, el río mantenía valores naturales; sin embargo, después de pasar por el dique, el agua presentó signos de acidificación, variación que continúa kilómetros abajo aunque con menor intensidad debido al propio comportamiento del ecosistema.

Recomendaciones iniciales y competencias técnicas

El equipo subrayó que el Inaigem no es la entidad responsable de intervenir directamente en la zona, sino de proveer información científica. Indicaron que la atención técnica corresponde a instituciones como:

• Autoridad Nacional del Agua (ANA), por su capacidad en ingeniería hidráulica.
• Dirección Regional de Energía y Minas, por el manejo de pasivos con material mineral.
• Especialistas en ingeniería civil e hidráulica, quienes pueden evaluar obras o medidas en la fuente.

Los investigadores señalaron que estas entidades deben analizar el caso como un problema de retención hídrica y acumulación de material mineral, y destacaron que el alcalde de la zona ha mostrado disposición para promover una articulación entre instituciones.

No se han realizado estudios en personas

Respecto a posibles impactos en la salud, precisaron que no existen estudios en población que permitan afirmar presencia de metales pesados en sangre. Aclararon que se trata de un evento reciente y que cualquier análisis toxicológico debe ser liderado por especialistas de salud. La Dirección Regional de Salud (DIRESA) tendría que valorar si corresponde recomendar este tipo de evaluaciones.

Condiciones naturales y exposición por retroceso glaciar

El Inaigem explicó que la presencia de material sulfurado no es un fenómeno aislado. Señalaron que en la cordillera existen condiciones geológicas naturales que favorecen el drenaje ácido y que el retroceso glaciar está dejando expuestos estos materiales. Mencionaron que el problema adquiere mayor relevancia cuando hay presencia de población en zonas aledañas.

Modelo de zonas potenciales y alerta a largo plazo

Los especialistas desarrollaron un modelo que identifica zonas potenciales de drenaje ácido en las tres cordilleras. Aunque no detallaron la toponimia, indicaron que son más de 60 puntos. Señalaron que el mapa elaborado debe ser asumido como una alerta a mediano y largo plazo, no como un motivo de alarma inmediata, y que servirá para orientar el monitoreo de fuentes de agua y la infraestructura necesaria.

Situación institucional del Inaigem

Sobre la propuesta de convertir al Inaigem en una unidad ejecutora, indicaron que la nueva Ley de Institutos Científicos ya lo reconoce como parte de un pliego. Sin embargo, aclararon que eso no implica tener atribuciones para intervenir en la gestión del desastre, pues ese punto no está definido en la norma. Señalaron que, en su rol, pueden formular proyectos, pero no reemplazar a las instituciones responsables de la ejecución directa.