El alcalde del centro poblado de Macashca, Santiago Lluiya, cuestionó el bono agrario y otros programas impulsados para atender a los agricultores afectados por heladas y sequías, al considerar que no han beneficiado directamente a las familias del campo.
Según manifestó, hasta la fecha no se ha recibido apoyo efectivo, pese a los daños registrados en los cultivos, especialmente en la agricultura familiar que abastece a los mercados locales y que trabaja con parcelas pequeñas.
Compensaciones consideradas insuficientes
El alcalde indicó que el mecanismo de compensación a través del seguro agrario resulta insuficiente y poco realista, ya que —según lo informado por la aseguradora— solo se reconoce el apoyo cuando el cultivo se encuentra totalmente perdido.
Señaló que los montos propuestos, como 8 soles por cada 100 metros cuadrados o alrededor de mil soles por hectárea, no cubren la inversión real que demanda una campaña agrícola, especialmente en cultivos como papa o maíz, donde los costos de producción son considerablemente mayores.
En ese contexto, afirmó que las pérdidas parciales también afectan gravemente al agricultor, aunque no sean reconocidas por el sistema de evaluación vigente.
Agricultores familiares, los más afectados
Lluiya sostuvo que los más perjudicados son los pequeños agricultores, quienes no trabajan grandes extensiones de tierra, pero dependen de su producción tanto para el consumo familiar como para el abastecimiento de la ciudad.
Indicó que, pese a haber entregado padrones, documentos y evidencias solicitadas por la Agencia Agraria, el proceso terminó siendo asumido por la aseguradora contratada por el sector, lo que —según su versión— dejó fuera a muchos agricultores que sí resultaron afectados.
Cuestionamientos a programas de apoyo
El alcalde también expresó críticas al programa Rutas del Agua, señalando que no se ha traducido en obras concretas para su zona, como represas, canales de riego o sistemas tecnificados que permitan enfrentar las sequías.
Manifestó que, pese a haberse identificado zonas donde podrían desarrollarse proyectos hídricos, no se han concretado intervenciones, lo que genera frustración entre las comunidades campesinas.

