En nuestro segmento “Gente que hace”, conocemos el caso de Anderson Percy Aime Chávez, un joven que desde pequeño ha enfrentado grandes desafíos, pero cuya determinación y esfuerzo lo han llevado a superar las adversidades.
La vida de Anderson cambió radicalmente a los seis años, cuando perdió a su padre. A partir de entonces, la estabilidad de su hogar se vio comprometida, dejando a su madre como la única fuente de ingresos para sacar adelante a sus hijos. Anderson recuerda cómo su hermana mayor, apenas dos años mayor que él, asumió el rol de líder del hogar, mientras su madre trabajaba para sostener a la familia. Actualmente, viven en la casa de sus abuelos paternos, enfrentando juntos la realidad de una economía en crisis, donde los ingresos apenas alcanzan para cubrir las necesidades básicas.
A pesar de las dificultades, Anderson logró culminar sus estudios escolares en el colegio Simón Bolívar. Durante la pandemia del COVID-19, empezó a trabajar como repartidor para ayudar en casa, pero siempre tuvo en mente su sueño de convertirse en profesional. Aunque intentó ingresar a la universidad en dos ocasiones, la presión, los nervios y la ansiedad le jugaron una mala pasada, impidiéndole pasar los exámenes.
Después del segundo intento fallido, la frustración lo llevó a considerar abandonar los estudios. Pero su deseo de ser el sustento de su familia fue más fuerte, y con el apoyo de su familia y la academia preuniversitaria Alfa, decidió intentarlo una vez más. Esta vez, la academia Alfa le brindó terapias emocionales y físicas, logrando así controlar la ansiedad e ingresar a la universidad, ocupando el quinto lugar en la carrera de economía.
Anderson reconoce que este logro no habría sido posible sin el apoyo de su familia y sus docentes, quienes lo motivaron a seguir adelante. Hoy, Anderson tiene la firme meta de convertirse en un profesional y apoyar a su familia, demostrando que con perseverancia y apoyo, es posible superar cualquier obstáculo.