Victor González, primer caracino en conquistar el Monte Elbrus

Víctor González, natural de Caraz (Huaylas, Áncash), logró llegar a la cumbre del Monte Elbrus (5,642 m s.n.m.), en Rusia, pese a que parte de su equipo tuvo que abandonar el intento por problemas físicos. La montaña, ubicada en la cordillera del Cáucaso, es la más alta del continente europeo.

González relató que, al tratarse de una expedición heterogénea, dos de sus compañeros no resistieron la altitud y el guía principal tuvo que regresar con ellos. “Había hablado previamente con la agencia, y sabía que si algo pasaba, intentaría la cima solo. Finalmente, así ocurrió. Subí completamente solo”, detalló.

Una experiencia que transforma

Respecto a la sensación de alcanzar la cima, el caracino expresó; “Cada montaña me cambia. Te hace sentir pequeño, pero parte de algo muy especial. En ese momento entendí que, aunque sea una pequeña parte de este mundo, puedo dejar huella”.

Además, se mostró orgulloso de representar a su ciudad;“Soy el primer caracino en hacerlo, y probablemente siga siéndolo por un tiempo. No hay una cultura de montañismo en Caraz. Somos muy pocos los que practicamos esto”, comentó.

Financiamiento independiente y visión a futuro

González indicó que sus expediciones se financian con recursos propios y apoyo ocasional de amigos, sin contar con auspicio institucional. “No tengo agencia de viajes, ni hotel, ni cobro por guiar. Todo lo hago con mi dinero. Si me prestan una casa o me apoyan con algo, es por amistad”, explicó.

Sin embargo, de cara a montañas más complejas como el Everest o el Vinson en la Antártida, afirma que espar apoyo institucional. “Espero que en algún momento se valore este esfuerzo desde lo local y se incentivé más el deporte”, sostuvo.

El sueño de las 7 cumbres

Hasta ahora, Víctor ha escalado el Aconcagua (Sudamérica), el Kilimanjaro (África) y el Elbrus (Europa). Su proyecto personal busca completar las 7 cumbres más altas de cada continente. En 2026, planea escalar el Denali (Norteamérica) o la Carstensz (Oceanía).

“Este es un proyecto personal, pero también tiene un sentido colectivo; motivar a otros. Si más jóvenes de mi ciudad se interesan por la montaña”, aseguró.

Montañismo en contextos complejos

Escalar en el extranjero no ha sido fácil. En Rusia, la barrera del idioma —donde casi nadie habla inglés— y el contexto geopolítico por la guerra con Ucrania dificultaron su logística. “Tuve que cambiar vuelos por cierre de aeropuertos. A veces ni en el aeropuerto entienden inglés. Todo es en ruso”, señaló.

De igual forma, recordó que escalar en Tanzania también fue un reto por las diferencias culturales y sociales: “Era el único extranjero en las dos ciudades que visite. ”.

Víctor González sueña con cerrar su proyecto con éxito, pero su mayor anhelo es dejar una huella en su comunidad. “Si logro que los niños o jóvenes de Caraz se acerquen a la montaña, se apasionen por ella y quizás la hagan su profesión, ese será mi verdadero logro”, concluyó.