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Día por día: así se buscó a los tres montañistas desaparecidos en el Artesonraju

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Día por día: así se buscó a los tres montañistas desaparecidos en el Artesonraju

Una expedición de rescate desafiante, pausada por el clima y reactivada con tecnología, culminó con el hallazgo a más de 5.200 metros de altura. El rescate aún no se concreta.

Durante 24 días, la montaña guardó silencio. Tres jóvenes montañistas —Homer Pretel Alonzo, Jesús Picón Huerta y el brasileño Edson Vandeira Costa— desaparecieron durante una expedición al nevado Artesonraju, uno de los más desafiantes de la cordillera Blanca. Su búsqueda movilizó a guías de alta montaña, autoridades, familiares y voluntarios, en una operación marcada por el riesgo extremo, la incertidumbre y finalmente, el hallazgo.

El inicio: una alerta que creció con los días

Todo comenzó el 28 de mayo, cuando los tres andinistas partieron desde Huaraz hacia el nevado, como parte de una expedición de práctica del Centro de Estudios de Alta Montaña (CEAM). Su retorno estaba previsto para el 1 de junio. Al no tener noticias de ellos, la alerta fue reportada el 29 de mayo.

Los primeros equipos que llegaron al campamento base encontraron las carpas instaladas, pero sin señales de los jóvenes. Fue la primera señal de que algo no estaba bien. A partir de ahí, la operación de búsqueda se intensificó con apoyo de la Policía de Alta Montaña, el Servicio de Áreas Naturales Protegidas y la Asociación de Guías de Montaña del Perú (AGMP).

La montaña no dio tregua

Las primeras semanas estuvieron marcadas por la frustración. Las condiciones climáticas fueron hostiles: lluvia, nieve y nula visibilidad en tramos clave del glaciar impidieron avances significativos. El terreno —compuesto por morrenas inestables, grietas y paredes verticales— obligó a los rescatistas a detenerse en varias ocasiones.

Para entonces, la presión crecía. Familiares solicitaron apoyo aéreo al Ministerio de Defensa, e incluso plantearon organizar una expedición privada, pero los riesgos eran demasiado altos. En paralelo, la AGMP solicitó esperar que el clima permita un deshielo natural que mejorara la visibilidad.

La tecnología entra en escena

El viernes 21 de junio, con una ventana de buen clima y visibilidad, el equipo técnico encabezado por Beto Pinto y el especialista Edwin Milla activó una operación clave: sobrevolar con dron de alta precisión la cara noroeste del nevado, una zona muy poco transitada incluso por escaladores expertos.

“Al inicio ubicamos a dos personas, y luego de 20 minutos, al tercero”, relató Pinto en entrevista con Áncash Noticias.

Las imágenes captadas mostraban los cuerpos inmóviles a más de 5.200 metros de altitud. El hallazgo fue confirmado el domingo 22. Se presume que los jóvenes fueron sorprendidos por una avalancha, mientras se desplazaban por una zona de alta pendiente y acumulación de nieve fresca.

Una pausa inesperada: el pedido desde Brasil

Aunque el hallazgo fue un avance determinante, el rescate no ha podido concretarse. Según confirmó la AGMP, la madre de Edson Vandeira solicitó desde Brasil que el cuerpo de su hijo no sea retirado por el momento.

“Hay una comunicación del Brasil donde la señora nos está pidiendo que el cuerpo de su hijo se deje ahí”, explicó Beto Pinto.

El equipo de guías se mantiene a la espera de una solicitud formal por parte de las familias, así como de la intervención del Ministerio Público, que debe autorizar cualquier operación de extracción.

Un rescate extremadamente técnico

La zona donde se encuentran los cuerpos es de altísima complejidad. No es accesible por aire, debido a la altitud y condiciones del terreno. Para llegar, se requiere escalar tramos verticales de hasta 200 metros, asegurar el avance con cuerdas fijas y montar estaciones de descenso técnico.

La Policía de Alta Montaña y la AGMP ya han coordinado una posible operación conjunta, pero esta dependerá de las autorizaciones legales y de las decisiones de los familiares. Cualquier paso en falso en ese entorno puede significar otro accidente.

Una historia que aún no cierra

Tras más de tres semanas de incertidumbre, el hallazgo de los cuerpos trajo una primera respuesta. La montaña, finalmente, dejó verse. Pero el desenlace aún no llega. Los cuerpos siguen allí, en la base del glaciar, y el operativo de rescate permanece suspendido.

Para los familiares, la comunidad de montaña y quienes siguieron esta historia día a día, la esperanza ahora es otra: que el cierre llegue con respeto, seguridad y justicia. Mientras tanto, el Artesonraju —como tantas veces— vuelve a recordarnos su poder, su silencio y su misterio.

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