“Voy a disfrutarlo a tope”: la última expedición de Chiaki Inada en el Huascarán
La médica japonesa de 40 años falleció en su intento por escalar el nevado más alto del Perú. Su historia, marcada por el amor a la montaña y a su hijo, conmueve a dos países y abre un debate sobre la seguridad en la alta montaña.
Chiaki Inada tenía 40 años. Era cirujana plástica, madre de un niño pequeño y una apasionada del alpinismo. A mediados de junio, llegó al Perú con una meta clara: escalar el Huascarán, el nevado más alto del país y uno de los desafíos más exigentes de Sudamérica.
Poco antes de viajar, compartió con sus seguidores la tristeza que le generaba alejarse de su hijo: “La tristeza de estar lejos de mi hijo por cuatro semanas comenzó a construirse sobre mí… Pero cuando lo vea, quiero haber crecido tanto como él”, escribió en redes sociales el 11 de junio.
Tras aterrizar en Lima y llegar a Huaraz, Inada inició su proceso de aclimatación en la Laguna Churup, a más de 4 500 metros de altura, junto a su compañera de expedición, Saki Terada. Desde allí, escribió emocionada: “¡Voy a disfrutarlo a tope!”, frase que terminó convirtiéndose en el reflejo de su entusiasmo antes de enfrentar el reto más grande de su vida.
Ambas montañistas ascendieron sin guía oficial. El mal tiempo las atrapó a más de 6 600 metros, sin posibilidad de descender. Tras varios días desaparecidas, Terada logró activar su baliza satelital, lo que permitió que equipos de rescate de alta montaña, junto a la Policía, iniciaran un operativo.
Cuando fueron localizadas, Terada seguía con vida, aunque deshidratada y con congelaciones. Inada, en cambio, ya no presentaba signos vitales. Según el informe médico, la causa fue hipotermia y edema cerebral, consecuencias de la exposición prolongada en condiciones extremas.
Su muerte ha generado conmoción tanto en Perú como en Japón. Medios internacionales han destacado su historia, y el caso ha reabierto el debate sobre la falta de regulación efectiva en expediciones de alta montaña, especialmente cuando se realizan sin guías certificados.
Chiaki Inada deja el recuerdo de una mujer determinada, que amaba la montaña y a su familia. Su historia es, también, una llamada de atención sobre los riesgos del turismo de aventura sin garantías suficientes, incluso en manos experimentadas.