Madre evita cirugía de columna y recupera movilidad gracias a terapia hiperbárica
Nilda, de 51 años, logró recuperar la fuerza de su brazo izquierdo tras sufrir una hernia lumbar que la dejó casi inmovilizada. Gracias a la terapia hiperbárica, evitó una operación riesgosa y hoy retoma su vida con normalidad.
Durante meses, Nilda Rosa Tarazona Santos vivió con el temor de perder la movilidad en su brazo izquierdo. A causa del desgaste de cartílago en las vértebras lumbares S4 y S5, desarrolló una hernia que comprimía los nervios, provocándole calambres, dolor intenso y pérdida total de fuerza en la mano y el brazo. Su diagnóstico inicial fue desalentador: debía someterse a una operación de alto riesgo.
“No podía mover el brazo ni el cuello, todo me dolía. Las cosas que agarraba se me caían”, recuerda. El neurocirujano que la evaluó le recomendó una cirugía, pero Nilda decidió buscar una segunda opinión. Fue entonces cuando llegó a la Clínica Hiperbárica O2, donde el doctor Carlos Loarte le propuso un tratamiento alternativo con terapia hiperbárica, que consiste en la inhalación de oxígeno puro a alta presión dentro de una cámara especializada.
El médico explicó que este procedimiento puede reducir la inflamación, estimular la regeneración celular y mejorar la circulación en los tejidos dañados, lo que favorece una recuperación progresiva sin necesidad de intervención quirúrgica.
Aunque al inicio el dolor persistía, Nilda siguió las indicaciones con constancia. “En la sesión 20 todavía no veía mejoría, pero ya en la 30 sentí que recuperaba fuerza”, cuenta. Hoy, tras varias semanas de tratamiento, ha vuelto a mover su brazo y a realizar sus actividades diarias con normalidad, algo que parecía imposible meses atrás.
Además del alivio físico, la paciente destaca el acompañamiento emocional recibido. “El personal me animaba mucho, me preguntaban cómo me sentía. Eso también ayuda a sanar”, afirma.
El Dr. Loarte subraya que el caso de Nilda demuestra la eficacia de este tipo de terapias en pacientes con hernias discales, siempre que exista un seguimiento médico adecuado y compromiso del paciente. “El objetivo no es solo evitar una operación, sino mejorar la calidad de vida con un tratamiento menos invasivo”, precisó.