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Casma: Mujer que mató y cocinó a su hijo en 1993 está por recibir alta psiquiátrica

Áncash

Casma: Mujer que mató y cocinó a su hijo en 1993 está por recibir alta psiquiátrica

Consuelo Berrocal, protagonista de uno de los casos más impactantes registrados en Casma en los años 90, ha sido declarada paciente estabilizada tras más de 30 años de tratamiento especializado en salud mental.

Han pasado más de tres décadas desde que Casma, en la región Áncash, fue escenario de un hecho que sacudió a la opinión pública: una joven madre terminó con la vida de su hijo recién nacido y se comió el cuerpo del menor, en un episodio de crisis mental severa. Hoy, Consuelo Berrocal, quien en ese entonces tenía 23 años y atravesaba un cuadro complejo de salud mental, está próxima a concluir su tratamiento en un centro especializado y se encuentra en proceso de reinserción social.

Actualmente tiene 50 años y, de acuerdo con el equipo médico del Hospital Víctor Larco Herrera, ha logrado una estabilización clínica gracias a un tratamiento integral basado en medicación, terapias psicológicas y una rutina controlada. Su diagnóstico inicial fue corregido tras evaluaciones más rigurosas, que identificaron un trastorno neurológico asociado con episodios psicóticos.

En los años 90, Berrocal fue declarada inimputable por las autoridades judiciales tras determinarse que actuó bajo una alteración profunda de su conciencia, producto de su condición clínica no tratada a tiempo. Desde entonces ha permanecido bajo internamiento en distintos hospitales psiquiátricos.

Durante el proceso terapéutico, relató que escuchaba voces que la inducían a actuar sin control de sus actos. Estas alucinaciones fueron interpretadas por los especialistas como manifestaciones de un trastorno grave no abordado adecuadamente durante su juventud.

La historia de Berrocal también evidenció un contexto de desprotección. Fue adoptada por una familia con prácticas religiosas estrictas y vivió situaciones adversas en su entorno familiar, que no fueron abordadas por las instituciones en su momento. Producto de una experiencia traumática dio a luz a su hijo, sin recibir apoyo emocional, legal ni médico.

Hoy, como parte de su proceso de recuperación, se dedica a la venta de golosinas y espera retornar a su ciudad natal. Aunque su posible regreso a Casma genera debate, el equipo médico que la acompaña considera que cuenta con las herramientas necesarias para iniciar una nueva etapa de vida sin representar un riesgo para sí misma ni para los demás.

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