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Editorial | Educación en Áncash: 10 millones no bastan si no hay compromiso real

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Editorial | Educación en Áncash: 10 millones no bastan si no hay compromiso real

La región invierte en una nueva estrategia educativa, pero los retos de aprendizaje son tan profundos que exigen continuidad, unidad y vigilancia ciudadana.

La reciente presentación de la Estrategia Regional para los Logros de Aprendizaje, con una inversión de 10 millones de soles del Fondo de Compensación Regional (FONCOR), busca responder a una crisis que ya no se puede ocultar: la educación en Áncash está en riesgo.

Los datos son contundentes. El Censo Nacional de Estudiantes muestra que en la UGEL Santa apenas un 30% de los alumnos alcanza niveles adecuados en comunicación y matemáticas, mientras que en zonas de Conchucos los resultados son todavía más bajos. Es decir, siete de cada diez niños no comprenden lo que leen ni resuelven lo que suman. ¿Cómo hablar de futuro si hoy condenamos a nuestros estudiantes a quedarse atrás?

La estrategia regional plantea acciones necesarias: capacitación docente, soporte socioemocional, fortalecimiento de la cultura de aula e inversión en infraestructura. Son líneas que cualquier plan serio debe considerar. Pero el riesgo está en creer que 10 millones de soles bastan para revertir una brecha educativa que lleva décadas acumulándose.

Aquí hay un desafío mayor: unidad y compromiso real. No basta con que la Dirección Regional de Educación y el Gobierno Regional anuncien un plan. La transformación educativa requiere que los gobiernos locales asuman su responsabilidad, que el Ministerio de Educación cumpla con la infraestructura pendiente, y que la sociedad civil y el sector privado se involucren en serio. Porque la educación no se cambia con discursos ni con campañas aisladas, sino con trabajo constante y articulado.

Áncash no puede permitirse normalizar que la mayoría de sus estudiantes no logre aprendizajes básicos. Invertir en educación es invertir en desarrollo, igualdad de oportunidades y seguridad para el futuro. Lo contrario es hipotecar el destino de toda una generación.

La inversión anunciada es un buen primer paso. Pero lo que definirá el rumbo no es el monto, sino la capacidad de sostener el esfuerzo, garantizar continuidad y exigir resultados medibles. Si no hay vigilancia y compromiso real, los 10 millones de soles se perderán como tantas promesas anteriores.

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