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Educación | ¿Cómo evitar que mi hijo/a queme etapas en el aprendizaje?

Foto: Ancash Noticias

Áncash

Educación | ¿Cómo evitar que mi hijo/a queme etapas en el aprendizaje?

Desde que nacemos, las personas aprendemos a cada instante algo nuevo, pero -sin duda-, la mejor etapa para este proceso es la que corresponde a la infancia y la niñez.

Si bien la niñez es la etapa de mayor absorción de conocimiento en la vida, esto no debe suponer que debamos ‘correr’ para convertir a nuestros niños en pequeños adultos intelectuales, sino muy por el contrario, fomentar en ellos el interés y el ‘apasionamiento’ por comprender e interiorizar conceptos, a su propio ritmo y con sus propios recursos, para desarrollar los talentos que les servirán en el futuro.

Jenny Toledo, Magíster en Educación y Coordinadora Académica del Colegio Bendito Niño Jesús en Huaraz, explica que las condiciones para este aprendizaje están basadas principalmente en conocer qué corresponde a cada etapa/año. A continuación lo más importante:

Año 1. El niño debe descubrir todo un mundo de sensaciones. Es el año de la estimulación y descubrimiento; donde la madre es un factor importante. Aprovechar este momento para estimularle permitirá conseguir base importante.

Año 2. A partir de los dos años, ya comienzan a ser más independientes. Están en la etapa donde son más curiosos y comienzan a experimentar caídas. Su nivel sensorial capta con mayor rapidez haciendo que el niño sea más perceptivo al momento del aprendizaje.

Año 3. A los 3 años, el niño puede realizar dos actividades al mismo tiempo, como jugar con la pelota mientras corre, tomar helado y subir las escaleras, comer y hablar por el teléfono, demuestra interés y entusiasmo para tocar instrumentos, hace ruido porque le llama la atención y su agilidad es tremenda.

Año 4. A los 4 años, muestran más autonomía y aprenden con mucha rapidez. Mejoran su motricidad gruesa y comienzan a entender los sentimientos y a manejar emociones. Les gusta sentirse parte de las tareas domésticas y se ocupan de sus propias cosas. Consiguen lavarse las manos y el rostro, guardar su propia ropa, arreglar las sábanas de su cama, cepillar los dientes, y recoger sus juguetes en la habitación.

Año 5. Aunque todos los niños son diferentes y cada uno se desarrolla a un ritmo, la realidad es que a esta edad, los niños de 5 años tienen algunas habilidades en común y también, empiezan a desarrollar algunas habilidades importantes para la autoestima y el aprendizaje.

Año 6. Es a partir de los seis años cuando se empieza a ver una evolución enorme en el niño o niña. Los pequeños empiezan a ser más conscientes del mundo que hay fuera del hogar. Desarrollar algunas rutinas con ellos, harán que se adapten mejor a la escuela.

Finalmente es importante recordar que cada niño tiene un ritmo de aprendizaje, y que en la escuela y en la casa, debe ser reconocido por su maestra y padres.

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