Un grupo de agricultores del distrito de Pamparomás, en la región de Áncash, ha logrado una destacada cosecha de papa en un campo experimental, superando la marca de una tonelada. Esta cosecha se llevó a cabo en una pequeña parcela ubicada en el centro poblado de Pisha, donde los agricultores han dedicado esfuerzos significativos para fortalecer sus técnicas de manejo, lo que ha dado como resultado un producto de calidad y en abundancia.
La capacitación y el soporte técnico fueron proporcionados por el Servicio para el Desarrollo Integral Rural (SEDIR), entidad que brinda asistencia técnica a los agricultores de los distritos de Moro y Pamparomás. Desde la preparación del terreno hasta la cosecha, los agricultores recibieron orientación en aspectos clave como el uso de semilla certificada, el control de plagas y la técnica adecuada de aporque, según lo indicado por Liberato Torre Albino, técnico de SEDIR.
«Es fundamental el uso de semilla certificada para garantizar un desarrollo óptimo de las plantas en términos de calidad y cantidad. También hemos enfatizado en la importancia del aporque adecuado», mencionó Torre Albino. Además, se recomienda una distancia promedio de 90 centímetros entre surcos y una separación de aproximadamente 40 centímetros entre plantas para maximizar los resultados.
Estas actividades se enmarcan en un proyecto de cooperación entre SEDIR y la Fundación Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo (LED), que busca fortalecer las capacidades de los agricultores locales y promover el desarrollo sostenible en la región.
Variedades de papa
Las variedades de papa cosechadas incluyen canchán y yungay. Para facilitar el trabajo en el accidentado terreno, una yunta de bueyes ayudó en la extracción de las papas de los surcos. «La lluvia endurece la tierra, por lo que necesitamos la ayuda de los bueyes. La papa cosechada será destinada al consumo de nuestras familias y el excedente se venderá en los mercados locales», explicó Fausto Guerrero, uno de los productores.
Es importante destacar que, esta cosecha forma parte de la campaña pequeña, o adelantada, destinada a abastecer las necesidades locales de este importante tubérculo peruano. La campaña grande está programada para iniciar en abril en distintos campos de la subcuenca del río Loco, lo que augura un futuro prometedor para los agricultores de la región.
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