Las recientes declaraciones de los presidentes de la AMRE Ancash Victoria Espinoza, y de la Asociación de Alcaldes Distritales de la provincia de Huaraz, Javico Robles, deben ser tomados en serio y en cuenta por las autoridades del Ejecutivo como del Legislativo, en vista de que el shock de inversiones anunciado por el Director de la Autoridad Nacional de la Reconstrucción Pablo De la Flor, aún se ha quedado en generalidades.
Sonó interesante y apreciable que se invierta en Ancash más de tres mil millones de soles para las obras de rehabilitación y reconstrucción, habiéndose dado un preliminar listado de obras que ahora tienen que ajustarse para su financiamiento correspondiente.
Les dieron a los alcaldes provinciales un plazo de diez días para concordar criterios de priorización de obras con sus pares distritales, el tiempo está por vencer pero no se conocen los parámetros para el listado final.
El presidente de la Asociación de Alcaldes de Huaraz se ha quejado, por ejemplo, que la lista preliminar de obras habría sido elevado por el gobierno regional de Ancash sin haber de por medio ninguna consulta, y existen así algunos proyectos no tan importantes que otros, caso concreto en Huaraz: una obra de drenaje en la avenida Luzuriaga vs la rehabilitación de la vía a Huanchay o la reparación de los canales de irrigación de la Cordillera Negra. Pero el gobernador, su gerente general y el de Infaestructura hacen mutis hasta ahora. Los consejeros regionales, más metidos en sus propios intereses, no han sido capaces de sumarse a las planificaciones coordinadas.
La presidenta de la Asociación de Alcaldes de Ancash, demanda en ese sentido un mayor compromiso del gobierno regional, pero también del propio gobierno central, en vista de que ahora se teme que las obras sean entregadas a postores nacionales que no tengan ninguna ligazón con la región y en consecuencia tampoco se generen empleos locales, como ha ocurrido con la mayoría de obras que, desde Lima, manejó Ollanta Humala y sus colaboradores, como las obras de saneamiento, que en un 80% terminaron siendo un fiasco motivo por el cual incluso varios alcaldes están siendo procesados, porque se sometieron a la imposición capitalina.
Esa triste experiencia no debe volver a pasar, sería penoso, especialmente cuando todos confiamos que con esos fondos se pueden dinamizar las economías locales, terminen engordando a las empresas capitalinas e incluso internacionales y sin ningún tipo de control ni transparencia.
Y precisamente cuando se habla de transparencia es cuando los legisladores, que tienen un rol fiscalizador, también se pronuncien al respecto y estén al tanto de las inversiones. ¿Ya lo estarán haciendo?
Como quiera que esta columna es pública e interconectada con las redes sociales, esperamos también un franco debate sobre estos temas de aquellos que se preparan para candidatear al gobierno regional como locales, y por supuesto también una respuesta rápida y efectiva a todas las preocupaciones expuestas, del Zar de la Reconstrucción Pablo De la Flor.
