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Carreteras, la oportunidad para consolidarlas

Foto: Ancash Noticias

Editorial

Carreteras, la oportunidad para consolidarlas

El gobernador regional está en la obligación de dar detalles sobre lo que fue la promesa central de su campaña.

El gobernador regional ganó las elecciones con el pegajoso discurso de consolidar el asfaltado de  1,000 kilómetros de vías regionales; y en su discurso inaugural, incluso los duplicó.  Pero a la luz de los resultados de los primeros 40 días de su gestión aún no hay nada concreto más que palabras.

Sin embargo se ha dado una magnífica oportunidad para comenzar a implementar la promesa: Fue cuando recientemente el mandatario Vizcarra a su llegada a Pomabamba a motu propio prometió hacer realidad la vía longitudinal que pasa por la zona de los Conchucos.  Hay que recordar que este proyecto se viene posponiendo desde el año 2010 a la fecha, pese a los bombos y platillos que tocaron las ex gestiones regionales como las mancomunidades municipales de Conchucos.

El propio presidente de la República cuando fue ministro de Transportes ya lo había abordado: le dio viabilidad, pero se quedó allí.  Es hora de completar el círculo.  El gobernador Morillo tiene que poner a trabajar un equipo especial para empujar este proyecto en el Ejecutivo, como también la otra vía trunca que fuera ofrecida en su momento (Recuay-Huarmey)

Cómo éstos, hay varios proyectos viales que ya  los tiene en cartera el propio Ejecutivo tanto en Provias Nacional como en Provías Departamental. Lo que tiene que hacer el gobierno regional es inventariar esas ofertas y luego ver en que nuevos proyectos viales los impulsa, como por ejemplo la vía Yungay-LLanganuco-Yanama-Llacma que de consolidarse le abrirá mayores horizontes al turismo en el Callejón de Huaylas como la zona de los Conchucos y de paso engancharlas con otros proyectos que también transversalmente sigan uniendo mejor la región.

Para eso se necesita no sólo voluntad política, sino esencialmente un equipo técnico competente, que, hasta ahora nadie conoce si realmente existe, si ya está trabajando o recién se va a instalar.

El gobernador Juan Carlos Morillo tiene ya que pisar tierra y no perderse en el voluntarismo que se le percibe. Hasta ahora no ha dado a conocer su hoja de ruta, que se esperaba iba a revelarlo en la sesión extraordinaria de consejo regional que quedara trunca (ese día llegaba precisamente el mandatario a Pomabamba).

Necesitamos todos los ancashinos conocer cuánto de recursos económicos dispone el GRA con los recursos que les transfiere ordinariamente el MEF, cuántos se pueden comprometer por el mecanismo de obras por impuestos y qué otros proyectos lo asume directamente el gobierno central.

Esa definición es indispensable, tan indispensable para que la autoridad regional cobre la firmeza que no se le ve. Apreciamos todavía a un gobernante tratando de ubicarse en el intrincado y movido tablero político y administrativo que supone liderar un gobierno regional, cuyo manejo populista aún no ha sido revertido.

Señor Morillo, es hora de explicar al detalle el pegajoso slogan de su campaña que lo catapultó como gobernante.

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