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El «Congresómetro»

Foto: Diario de Huaraz

Editorial

El «Congresómetro»

Un mirada panorámica a la labor de cada uno de los representantes por Ancash que acaban de cumplir un año en sus escaños.

Al cumplirse un año de sus gestiones, definitivamente los congresistas por Ancash no superan la valla alta que les dejaron sus antecesores  como Fredy Otárola Peñaranda o Modesto Julca, quienes en su primer año no solo ganaron protagonismo en los medios, sino que integraron comisiones importantes y llegaron a encabezar e integral el consejo directivo de este poder del Estado.

La sensación general que generan nuestros actuales parlamentarios es de opacidad, que están obligados en superar si no quieren terminar chamuscados al terminar su mandato.

El reciente “Congresómetro” que publicó el colega Miguel Porras Villarreal elaborado con la fuente del propio Congreso de la República, nos da un derrotero de sus eficiencias y eficacias para las conclusiones de la columna de hoy.

María Melgarejo Paucar, encabeza la tabla de producción con 14 leyes aprobadas de 107 proyectos presentados.  En una escala vigesimal entre lo presentado y aprobado saca una nota de 14, sumada a su presencia sostenida en la costa y la sierra y su reciente elección como presidenta de la Comisión de Educación y Cultura. Falta sin embargo resultados de su acción fiscalizadora, no basta salir sólo en los medios sino canalizar las mismas en los órganos jurisdiccionales.

Ricardo Narváez Soto, presentó 70 proyectos de ley de los que le fueron aprobados 5, lo que indica que no gastó tanta pólvora en gallinazo. Su presencia en la costa y la sierra se ha dejado relativamente sentir, aunque cometió el dislate de Casma que le ha costado ser declarada persona no grata por el concejo chimbotano que cuestiona su posición en torno al proyecto CHINECAS. Tampoco hay resultados de su acción fiscalizadora.  Todavía le gana al congresista su chip de ejecutivo regional, cuando lo legislativo tiene sus propios bemoles. Nota vigesimal 12.

Carlos Domínguez Herrera, sí gastó pólvora en gallinazo porque de 148 proyectos sólo le aprobaron 9, mucha panca poco choclo.  El legislador sólo aparece mediáticamente en sus notas de prensa donde se irroga de ser autor de tantos pedidos que tan poco le hacen caso.  No basta tener poder económico, le hace falta una dosis de humildad y sobre todo de recordar que no sólo es congresista de Chimbote, sino de todo Ancash.  En la sierra no lo conocen. Nota vigesimal 10.

María Foronda Farro, de 60 proyectos, 5 han resultado en leyes.  Ha sido la representante de las protestas pero no de las propuestas, tampoco se le conoce su efectividad como fiscalizadora.  Más que trabajo partidario necesita más bien una agenda legislativa propia.  Nota vigesimal 09.

Yesenia Ponce Villarreal, de 57 proyectos cuatro han resultado en leyes. Hizo más noticia que sus colegas, pero con las metidas de pata como su injerencia en el consejo regional y salvado por la campana de la mayoría, y congela hasta el momento el caso de su hoja de vida, pero como tiene seguramente buenos padrinos y si se aplicara la Ley terminaría como el suspendido gobernador regional Enrique Vargas.  Nula acción fiscalizadora. Nota vigesimal 05.

A estas alturas de este comentario seguramente muchos se preguntan, muy bien tienen todos leyes aprobadas.  Pero la interrogante capital es ¿En qué redundan las leyes que han hecho aprobar y cuál es la calidad de cada una de ellas? Ni el portal de transparencia del Legislativo ni ellos mismos han hecho esfuerzos para comunicarles a la ciudadanía los pro de sus iniciativas, y sobre la Agenda Ancash, de la que hablaron hasta el hartazgo cuando recibieron sus credenciales ya ahora se han olvidado por completo.

La valla les sigue quedando todavía alta.

 

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